Encontramos varias zonas donde montar los telescopios, cayó la noche, y mientras cenábamos nos hacían acto de presencia las nubes, que de vez en cuando nos daban tregua.
Como pensábamos quedarnos a dormir allí, no teníamos prisa, fuimos pacientes, y apuntábamos allí donde se dejaba el cielo.
Sabemos que la luz es casi imprescindible para poder moverte en la oscuridad, y yo,

Otra compañera del grupo se cayó en el mismo sitio pero sin consecuencias.
Se hicieron algunas fotografías y terminamos haciendo un buen recuento de objetos estelares en cielo profundo.. Andrómeda que acogía con sus brazos nuestras emociones, se mostraba tal cual es, una dama blanca y transparente.
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