Los recuerdos más lejanos que tengo de mi misma, me llevan a sentirme siempre hurgando en lo desconocido, con el dedo de la audacia, esperando respuestas que me resultaran lógicas.
Sentía a veces, como el espacio de la tierra donde todo estaba ubicado, se me hacía pequeño, sentía la necesidad de ver más allá de los límites marcados por nuestro planeta.
Mi familia, entendía que tuviera inquietudes artísticas, mi abuela materna fué pintora y un tio de mi padre tambien, pero veian raro, que una niña se interesara por el Universo, y a la vez yo veia raro, que ellos no se interesaran, por esa esencialidad para mi tan primordial, que era, entender algo del porqué de nuestra existencia.
Por fin llegó el momento en el que me dí cuenta, que alguien de la familia, compartía conmigo el gusto por el conocimiento del cosmos.
Curioseando en uno de los baúles que mi abuelo paterno se trajo de America, como recuerdo de su estancia allí, encontré revistas y libros, con temas relacionados con esta pasión.Él, estuvo en esas tierras toda su juventud, con lo cual se enrriqueció aún mas sobre estos temas tan actuales allí; su cultura, mentalidad abierta y liberal, le daba opción a seguir preguntadose.....ya no era yo la única..supongo que a él le pasaría igual que a mi, no tendría con quien compartir.
Contaba yo, unos nueve años, cuando se fué, pero de alguna manera mi admiración por él, lo hace estar aún aquí.
Yo siempre mantendría viva la sed de la aventura.
Por fin hace unos años, encontré al grupo Albireo, y empesé a salir de observación, y comprendí que son ellas, las propias estrellas, las que nos van contando lo que pasó y va pasando a lo largo de los tiempos. Viajar entre ellas, es como cuando viajamos por nuestro propio planeta, nos convierte en seres libres, nos vemos detenidos en el espejo del tiempo, mientras el mundo corre a nuestro lado, te encuentras en permanente movimiento, donde sólo parece detenerse nuestro propio tiempo interno.
Luego puede venir entre conocimiento e imaginación, lo que a cada uno se nos antoje.
A finales de 2005, tuve mi primera salida de observación, tras asistir a algunas clase que impartía el grupo.
En esa primera salida pregunté a mis compañeros, si podría ver la Galaxia de Andrómeda, mi naturaleza vehemente, siempre jugándomela, todavía no había visto un planeta, y ya quería ver una Galaxia.
Efectívamente se podía ver, allí había alguien para guiarme en mi primer descubrimiento astronómico.
Qué gozada..!!, ver algo que está a casi tres millones de años luz de nosotros.
Sientes... que el universo te dá la oportunidad de contemplar parte de él, por eso te sientes privilegiada... estás viendo como el reflejo de tu propia Galaxia...de miles de millones de Galaxias dispersas por el cosmos.. y sientes que eres un minúsculo suspiro de átomo, nadando en un inmenso mar sin horizontes..
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